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La energía, los servicios de restauración, alimentos y paquetes turísticos, responsables de la inflación del 10,4% de este mes de agosto
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Este es un problema global que supone un empobrecimiento de los consumidores: urge una actualización de salarios, pensiones y subsidios para evitarlo
Por Manuel Moreno Rojas, economista colaborador de UCARAGÓN
El dato adelantado del INE sobre la inflación de agosto la sitúa en el 10,4%. Con este, ya son 3 meses seguidos con la inflación en dos dígitos: junio, julio y agosto. En esta ocasión los culpables son, uno de los sospechosos habituales, la energía, y los servicios de restauración, alimentos y paquetes turísticos. Por otro lado, el otro gran quebradero de cabeza para el IPC de estos meses, los combustibles, han reducido su precio. Ahora mismo preocupa más la llamada inflación subyacente que es aquella que descuenta los precios de los productos más volátiles (alimentos, combustibles…) por lo que es más difícil de contener. Actualmente está en el 6,4%, la más alta en casi 30 años.
No obstante, esta situación de crecimiento de precios es común a casi todos los países del mundo. Por ejemplo, la inflación en la Unión Europea en su conjunto en Junio era del 9,6% con España un poco por encima de la media. Por lo tanto, no es un problema particular sino global.
En todo caso, el encarecimiento del coste de la vida lleva a un empobrecimiento de los consumidores si éstos últimos no ven compensada esta subida de precios con sus ingresos. Están especialmente expuestos aquellos cuyos ingresos dependen de un sueldo o prestación fija como asalariados, pensionistas, perceptores de subsidios o funcionarios. Y, de estos, son todavía más vulnerables los ingresos más bajos. Esto se debe a que la clase empresarial y los autónomos pueden repercutir la subida de precios en sus propios precios mitigando algo sus efectos. Así mismo, aquellos con mayor capacidad de compra tienden a ahorrar más por lo que una subida de precios supone una reducción de su ahorro mensual pero no de sus gastos. Los más pobres no tienen este margen.
Por todo ello, urge una actualización de salarios, pensiones y subsidios para evitar la pérdida de poder adquisitivo de decenas de millones de personas que, de otro modo, se verán abocados a mayores niveles de pobreza.
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