Entrevista a Celina Larrodé, cartera rural
“Correos tiene el personal y la infraestructura para ser el enlace para que los pueblos puedan tener muchos servicios”
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Celina Larrodé lleva 42 años de servicio en la comarca de las Cinco Villas de la provincia de Zaragoza, en los municipios de Ribas, Farasdués y parte del municipio de Ejea de los Caballeros
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Con motivo del Día Mundial del Correo, que se celebrará el próximo domingo día 9 de octubre, desde UCARAGÓN hemos querido acercar las necesidades de servicios y consumo de los pueblos de Aragón de mano de uno de los pocos servicios, el postal, que llega a todos los hogares
De las misivas entre novios a la paquetería procedente del comercio electrónico, muchos han sido los cambios de los que ha sido testigo Celina Larrodé, cartera rural de la comarca zaragozana de las Cinco Villas, durante los 42 años que lleva de servicio. Más de cuatro décadas en las que los pueblos tanto de Aragón como del resto del territorio nacional han ido perdiendo población y servicios de forma progresiva. Una circunstancia que se trata de paliar gracias al acuerdo que asociaciones bancarias, administraciones y la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos han suscrito para implementar sus dos nuevos servicios: Correos Cash y Correos Pay. Gracias a estas iniciativas, en los pueblos se podrá contar con dinero en efectivo y se podrán abonar los tributos gracias a los carteros rurales y sus PDAs. Unos cambios que Celina acerca y explica a los residentes de los pueblos a los que lleva no solo cartas y paquetes, sino también conversación, apoyo y confianza.
“En muchos pueblos el único coche que llega cada día es el coche del cartero”. Así explica Celina Larrodé lo que supone para los habitantes de pueblos, muchos de ellos de menos de medio centenar de habitantes, la llegada diaria de servicios como el de Correos. Unas áreas que en las últimas décadas han visto como cada vez había menos vecinos, menos escuelas y menos servicios… salvo la visita de la cartera.
Una relación prácticamente familiar que Celina ido forjando con los vecinos a los que lleva el correo diario a base años de trato y escucha mutua. “El verano es muy alegre en los pueblos, porque viene mucha gente, pero cuando viene el invierno, el frío, la gente mayor se queda sola. A lo mejor una hija les lleva la compra y el panadero les lleva el pan. Pero ellos a veces ni bajan a la calle”, comenta. Es en estos momentos en los que la llegada de los pocos servicios que se mantienen, como el médico o correos, es esencial para una población cada vez más envejecida.
Ya que no sería la primera vez que Celina, que llega a pueblos donde las puertas de las casas siguen abiertas, se ha encontrado situaciones complicadas. “Había una señora que recibía el periódico todos los días en su casa. Ella no cerraba la puerta. Llegué a su casa un día a entregarle el periódico, la oí llorar y entré. Me la encontré en la sala caída en el suelo, debió levantarse por la noche y se cayó, llevaba ahí toda la noche”, recuerda emocionada. La persona que la visitaba a diario no pudo acudir a ver a esta mujer mayor, así que la visita de Celina, que la atendió mientras llegaban los servicios de urgencias, fue providencial.
Cada día a cada puerta del país
El trabajo que ha desarrollado Celina en los últimos 42 años ha evolucionado mucho, ya que según explica ella “tal y como cambia la sociedad cambia Correos”. De este trabajo un tanto “rudimentario”, como recuerda Larrodé, a las actuales PDAs a través de las cuáles se pueden gestionar multitud de servicios ofrecidos por Correos. “Cada época ha tenido sus cosas. Recuerdo la alegría que me daba cuando empecé y llevaba las pagas de los servicios sociales”, apunta mientras rememora situaciones vividas. “Las chicas que esperaban para que les dieras la carta del novio en aquellos tiempos, ahora esperan las zapatillas que han comprado en Internet”, bromea Larrodé como muestra simpática de cómo han cambiado los hábitos de consumo y la comunicación.
De hecho, ha sido la irrupción del comercio electrónico uno de los elementos que más ha cambiado la realidad de muchos pueblos, ya que “ahora la gente trabaja mucho por Internet, no es necesario estar en una ciudad para vender, puedes tener un negocio en tu casa, en tu pueblo por pequeño que sea”. Una oportunidad para las áreas rurales en las Correos tiene mucho que aportar. “Hay pequeñas empresas de componentes electrónicos, cooperativas que envían su producto terminado a otros lugares… gente que hace abalorios, cestas, miel… muchos pequeños negocios para los que Correos funciona como la plaza del mercado. Funcionan porque Correos les lleva lo que necesitan para hacer su trabajo. La ventaja de Correos es que llega cada día a cada puerta del país”, anota. “La gente a golpe de click está comprando en el mundo entero”, argumenta.
De paquetes y croquetas
Los más de cuarenta años de trayectoria de Celina le han servido para tener una imagen clara de la evolución de los servicios y las oportunidades del entorno rural. “Hay muchísima menos gente en los pueblos, antes las casas estaban llenas, había colegios… ha cambiado mucho el trabajo, antes era todo más `rudimentario´. La entrada de internet y los ordenadores ha cambiado todo totalmente. Antes era todo más hecho a mano”, explica. En aquella época “no había tantos teléfonos, se escribían cartas al amigo, al novio, a la novia, la madre que mandaba un paquete al hijo a la mili… Era un trabajo muy de comunicación persona a persona”, recuerda.
Una relación personal que, en definitiva, continúa hoy en día, ya que el grado de confianza que tienen en ella las personas que visita a diario es tal que se preocupan si, por el motivo que sea, no puede llegar cuando la esperan. Sobre todo en invierno. “Me dicen `ten cuidado con el coche, mira que llueve mucho´”, sonríe Celina. Una cartera rural que ha llegado incluso a hacer croquetas, en su tiempo de descanso, con una de las vecinas que visitaba. La usuaria, que había regentado un bar, recibió a Celina con una bandeja de croquetas al día siguiente de que ella, de forma casual, le recordara lo buenas que estaban las croquetas que vendía en su establecimiento hostelero. Una tapa muy popular entre sus vecinos, a los que acostumbraba a regalar su especialidad. “La de croquetas que habré hecho yo con esa mujer”, sonríe.
Correos Cash y Correos Pay: independencia para los mayores que residen en pueblos
Uno de los servicios que acaba de implementar la compañía para la que trabaja Celina es Correos Cash. Mediante esta modalidad, los carteros rurales pueden llevar efectivo a los pueblos sin servicios financieros, así como realizar otras operaciones básicas. “Es un servicio muy bueno, les da independencia a las personas mayores, ya no dependen tanto de los hijos”, argumenta Celina. Una prestación que, junto a Correos Pay —que permite el pago de tributos a través de Correos—, está comenzando a implementarse.
Nuevos tiempos y servicios para una empresa de 306 años de los que 42 forman parte de la historia de Celina Larrodé. Una cartera rural amante de un trabajo que le ha servido para comunicar, vertebrar y cuidar de los habitantes de un territorio de cuyas vidas y momentos formará parte para siempre.