Aportaciones al debate sobre el estado de la ciudad desde la perspectiva de los consumidores y usuarios

Transcurrido un año del actual Gobierno de la ciudad que es una continuación de los cuatro años anteriores de mandato del hoy presidente de Aragón desde la perspectiva de UCARAGÓN queremos hacer un balance, desde la perspectiva de los usuarios de la ciudad, de sus servicios públicos y de las políticas municipales y sus consecuencias en el mercado de bienes y servicios en Zaragoza.

Los servicios públicos en la ciudad han subido sus precios y rebajado su calidad durante este año

En primer lugar, nos encontramos con la incomprensible prórroga del servicio del autobús urbano a una empresa que viene siendo un ejemplo de mal servicio.  En el transcurso de la huelga de transporte urbano más larga que se recuerda, el anterior equipo comenzó a negociar una prórroga que se ocultó a los ciudadanos hasta superadas las elecciones municipales.  La excusa fue la electrificación del servicio y las inversiones necesarias.  Para desgracia del actual equipo de gobierno y para vergüenza de la Ciudad, la justicia ha obligado a la corporación, si bien es verdad que, con mano suave, a repetir la convocatoria de la contrata.  Toda esta falta de información a los ciudadanos y la incertidumbre creada sobre el futuro de la gestión del servicio mantiene a los ciudadanos sometidos a un deplorable transporte público con incumplimientos diarios de horarios, información y calidad del material rodante.

Se ha producido una salvaje subida de las tasas de los residuos urbanos bajo la excusa de la repercusión de impuestos autonómicos sobre residuos.  Repercusión que la mayoría de las ciudades aragonesas y en particular el resto de la provincia de Zaragoza no han repercutido.  Esta subida de la tasa de basuras, además, se aplica sobre el consumo de agua de los hogares y empresas.  Asimismo, el precio del suministro de agua también ha sufrido un incremento que triplica el IPC.  La explicación de que no se subía desde hacía muchos años no es coherente. Si no se ha subido a pesar de subir los costes en estos años, quiere decir que la decisión de subir o no, no depende de los costes, sino que es una decisión política y así hemos de verlo.  Tal vez tras esta subida se esconde una recapitalización del servicio con la intención del equipo de gobierno de privatizarlo en un futuro próximo y con estos nuevos precios, más altos, garantizar los beneficios de la empresa que consiga la contrata.

Todo esto se ha traducido en una fuerte subida de la importancia de los precios y tasas en la recaudación municipal, mientras que ha bajado sustancialmente la importancia de los impuestos a la riqueza y la propiedad como evidencian los informes de los servicios técnicos sobre ejecución presupuestaria municipal.

Sorprende que hasta la fecha no sepamos que va a pasar con la renovación de la Depuradora de la Cartuja, de costosa y necesaria actualización, que tanto dinero nos ha costado a los bolsillos de los ciudadanos de Zaragoza. Dinero que hay que sumar a nuestra contribución solidaria a la depuración del resto de localidades de Aragón.  En esta cuestión hemos pasado de una postura de confrontación entre el Ayuntamiento de Zaragoza y el Gobierno de la DGA, a una colaboración que no se ha traducido en mejoras para los zaragozanos ya que seguimos pagando las depuradoras de los demás mientras nuestras necesidades nos las pagamos nosotros.  Las necesidades futuras de la Ciudad en los temas del ciclo del agua son multimillonarias sin que a estas alturas no sepamos todavía ni cuando, ni cuanto ni qué se va a abordar.

Particularmente sangrante es la situación de los vecinos y empresas de los barrios de Casetas y Garrapinillos a los cuales el colaborante gobierno de la DGA no reconoce la condición de zaragozanos y aplica el IMAR sin la bonificación.  Estos vecinos y empresas pagan pues el IMAR en su totalidad y sus recibos de agua, vertido y agua sin ningún tipo de bonificación.   Así que no entendemos bien esta “colaboración” que tanto se parece a una “subordinación” de Zaragoza a los intereses de la DGA.

Esta política de altos costes de los servicios públicos, tanto los gestionados directamente como los contratados, tiene un impacto directo sobre los precios que los ciudadanos pagamos por los servicios privados.  Por ejemplo, los altos precios de la hostelería de la ciudad vienen siendo explicados por el incremento del 29% en los precios de la basura, tasados en el consumo de agua. Más el propio incremento del precio del agua.

La inversión en equipamientos deportivos puede repercutir en los precios de los servicios públicos

Nos preocupa mucho los reiterados anuncios de inversiones multimillonarias en un equipamiento deportivo que, en principio, no iba a costar nada a los vecinos.  No sabemos la repercusión futura de este equipamiento en los precios de los servicios públicos.  Pediríamos un firme compromiso del equipo municipal al respecto.  Asegurándonos que este equipamiento no supondrá que los vecinos y empresas zaragozanas paguemos más por nuestra basura, el suministro de agua, las tasas municipales, el servicio de transporte urbano, etc.  Nos gustaría que, a cada noticia sobre el coste de este proyecto, se correspondiera con una información sobre la financiación de este.  Si es posible sin previsiones fantasiosas sobre ingresos por servicios complementarios.

La falta de vivienda amenaza con estancar el desarrollo económico de la ciudad, además de suponer un enorme factor de empobrecimiento de los zaragozanos

No nos vamos a extender sobre la importancia del problema habitacional en Zaragoza.  Es de dominio público que la posibilidad de encontrar una vivienda es cada vez más inalcanzable.  Las causas son varias y no es este lugar para detallarlas.

Tampoco podemos detenernos en las consecuencias que tiene para todos los ciudadanos, tanto para los residentes, como para los temporales. No es posible diseñar ningún proyecto, empresarial, educativo, sanitario, etc. Sin asumir la falta de viviendas para las poblaciones necesarias.

Sabemos que la solución no es fácil. Que no hay medidas milagrosas que lo solucionen de un plumazo. También que el Ayuntamiento no es la única administración implicada. Pero echamos de menos un planteamiento estratégico y un liderazgo de la Ciudad que arrastre al resto de administraciones. Pedimos soluciones a la altura del problema. Ambición en los objetivos. Consensos políticos y sociales a largo plazo. Elevación de esta cuestión a la categoría de primer problema de la ciudad. Los zaragozanos no queremos tener que cambiar de población para poder vivir, como ya está ocurriendo en otras grandes ciudades de España.

Un programa bien acogido por los zaragozanos

Por otra parte, no podemos terminar este análisis sin hablar del programa estrella de este gobierno, que es el programa Volveremos. Este programa ha resultado un éxito en cuanto a su aceptación por los ciudadanos y aunque no compartimos los cálculos excesivamente optimistas sobre su repercusión económica en los comercios, sí que reconocemos y compartimos los objetivos buscados.  Incentivar el consumo en el comercio de cercanía. Es un programa interesante que merece una revisión para eliminar efectos no deseados y sobre todo para garantizar su seguridad jurídica. Las empresas y los consumidores necesitan poder planificar sin estar al albur de la convocatoria o no del programa, de su contenido, de su alcance y de su temporalidad.

 

UNIÓN DE CONSUMIDORES DE ARAGÓN

 
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