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El 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje con el fin de concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la correcta gestión de los residuos para proteger el medio ambiente
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Desde UCARAGÓN animamos a la ciudadanía a generar menos residuos, reutilizar materiales y reparar productos
La importancia de la correcta gestión de residuos para proteger el medio ambiente centra el Día Mundial del Reciclaje, que se celebrará el próximo martes día 17 de mayo de 2022. La celebración coincide con la reciente aprobación de la Ley de Residuos y Suelos contaminados para una Economía Circular, que busca fomentar la economía circular en España.
El próximo día 17 de mayo se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una fecha que busca concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de tratar y reciclar los residuos adecuadamente para proteger el medio ambiente.
La cita coincide con la reciente entrada en vigor de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Una ley que entró en vigor el 10 de abril de 2022, salvo para lo dispuesto en el Título VII de la Ley (medidas fiscales para incentivar la economía circular), que entrará en vigor el 01/01/2023.
Esta nueva ley es una de las claves para impulsar y fomentar la economía circular en España. Un reglamento que además de actualizar la normativa de residuos, aborda uno de los principales retos ambientales de la actualidad: la limitación de la comercialización y el consumo de plástico de un solo uso.
La nueva norma pretende mitigar y corregir los impactos ambientales de los residuos sobre el medio ambiente y el cambio climático, con el fin de contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030, en particular a los objetivos 12 “producción y consumo sostenibles” y 13 “acción por el clima”, y servir a la transición efectiva a una economía circular.
Aunque en nuestro país hemos avanzado en la gestión de residuos, aún estamos lejos del objetivo comunitario de reciclado. Por ello, la nueva ley da un papel protagonista a las medidas de prevención en la política de residuos, mediante la inclusión de objetivos concretos y cuantificables: reducción del peso de los residuos producidos de un 13% en 2025 y de un 15% en 2025 respecto a los generados en 2010.
Limitaciones a plásticos de un solo uso
La Ley hace una apuesta decidida por una serie de medidas diferentes en función de las posibilidades de sustitución de los plásticos de un solo uso y las alternativas existentes. Estas medidas van desde la reducción, la sensibilización, el marcado y el ecodiseño hasta el uso de instrumentos económicos como la responsabilidad ampliada del productor, llegando incluso a la restricción para determinados productos de plástico como cubiertos, platos, pajitas, o algunos bastoncillos de algodón, entre otros.
En relación con los objetivos comunitarios de recogida separada de botellas de plástico de un solo uso, la ley prevé evaluar su grado de cumplimiento en 2023 y 2027, de forma que, si no se cumplen los objetivos fijados para esos años, 70% y 85% respectivamente, se deberá implantar un sistema de depósito, devolución y retorno en el plazo de dos años, pudiendo quedar afectados otros envases además de las botellas de plástico.
Además, se introduce también un impuesto estatal a los envases de plástico no reutilizables para avanzar en prevención y en la reducción de su uso en el territorio español, impulsando así las primeras opciones de la jerarquía de residuos.
Al objeto de reducir el consumo de envases de un solo uso, las administraciones públicas fomentarán el consumo de agua potable en sus dependencias y otros espacios públicos, mediante el uso de fuentes en condiciones que garanticen la higiene y la seguridad alimentaria o el uso de envases reutilizables, entre otros, sin perjuicio de que en los centros sanitarios se permita la comercialización en envases de un solo uso.
Con ese mismo objeto, en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento.
Asimismo, la ley prevé que desde 2023 los comercios minoristas de alimentación con una superficie de más de 400 m2 destinen el 20% de su superficie a productos sin embalaje primario, por ejemplo, mediante la venta a granel o el uso de envases reutilizables; la prohibición de destrucción o la eliminación de excedentes no vendidos de productos no perecederos.
Recogidas separadas
Por un lado, se deberán establecer nuevas recogidas separadas obligatorias para nuevos flujos de residuos: biorresiduos, textiles, domésticos peligrosos, aceites de cocina usados y voluminosos para su posterior tratamiento diferenciado, bien mediante preparación para la reutilización o mediante el reciclado de calidad, prologando así la vida útil de productos o recuperando materiales para la economía, respectivamente.
Además de las recogidas separadas ya existentes para el papel, los metales, el plástico y el vidrio, la nueva ley introduce un calendario de implantación de esas recogidas separadas de residuos para su preparación para la reutilización y reciclado y valorización.
Así, los biorresiduos de origen doméstico deberán recogerse separadamente a partir de julio de 2022 en las entidades locales con población superior a cinco mil habitantes; y a partir de enero de 2024 para el resto de las entidades locales. En el caso de residuos textiles, aceites de cocina usados, residuos domésticos peligrosos y residuos voluminosos, su recogida separada deberá estar implantada a partir de 2025.
En cuanto a las recogidas de residuos textiles y voluminosos, la ley prevé una reserva de contratos de las administraciones públicas del 50% para las entidades de economía social autorizadas para la gestión de los residuos.
Desde la Unión de Consumidores de Aragón animamos a la ciudadanía a generar menos residuos, priorizando la compra de productos a granel, reciclar adecuadamente, así como a reutilizar materiales y reparar productos todas las veces que sea posible para crear un valor añadido, extendiendo el ciclo de vida de los productos. Ello supone reducir los residuos que generamos, ya que los materiales de un producto se pueden utilizar una y otra vez.