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Aunque se está en cierta estabilidad, habrá alteraciones en el IPC hasta final de año
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Comparada con el resto de Europa, la economía española está casi en la mejor posición con un crecimiento por encima de la media, unos precios que crecen muy por debajo del resto de países
Por Manuel Moreno Rojas, economista colaborador de UCARAGÓN
Los precios en España han subido una décima de junio a julio. Como julio es un mes tradicionalmente de bajada de precios y esta vez no lo ha sido, el IPC ha subido al 2.3% interanual. Las causas son el importante aumento de precios en el sector turístico, algo de incremento de los carburantes y un descenso menor de lo habitual en el textil (unas rebajas que esta vez lo han sido menos).
Ya indicamos que, aunque se está en cierta estabilidad, habrá alteraciones en el IPC hasta final de año. Por un lado, por el llamado «efecto base» ya que si los precios se moderaron mucho desde mediados del año pasado, ahora, comparados con entonces crece la diferencia. Por otro lado, aumentan porque el IPC tiene un alto componente estacional. Finalmente, por los riesgos que sobrevuelan sobre el componente que más ha aumentado sus precios y que más preocupa a las familias: el precio de los alimentos. La reciente sequía y el posible fin al acuerdo para exportar los cereales ucranianos van a reducir la oferta, lo que, invariablemente, lleva a una subida de precios.
No obstante, comparada con el resto de Europa, la economía española está casi en la mejor posición con un crecimiento por encima de la media, unos precios que crecen muy por debajo del resto de países (Alemania, por ejemplo, mantienen un IPC de más del 6% con crecimiento negativo) y un mercado laboral pujante.
En cualquier caso, reiteramos que lo importante ahora es recuperar el poder adquisitivo de las familias a través de salarios, pensiones u otro tipo de rentas. Además, insistimos en que la subida de tipos debe llegar a su fin e, incluso, iniciar su descenso para desahogar a las familias españolas. De esta forma, se liberarían más fondos que pueden destinarse al consumo impulsando más el crecimiento y el bienestar de la ciudadanía.
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