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Urge recuperar la pérdida de poder adquisitivo e implementar medidas que eviten el impacto de los precios de los alimentos en las familias
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Se debe detener la subida de los tipos y, si los datos avanzan favorablemente, iniciar el descenso
Por Manuel Moreno Rojas, economista colaborador de UCARAGÓN
El dato adelantado del IPC de marzo se coloca en el 3,3%. La razón de este descenso es el llamado «efecto base». El IPC se mide de año en año. Así, como en marzo de 2022, con la invasión de Ucrania, los precios se dispararon a lo largo del mes. Por tanto, a 30 de marzo ese «salto» ya no se contabiliza, de ahí el descenso. Así, conforme va avanzando el tiempo, dado que los precios están mucho más estables que hace un año, el incremento anual se está reduciendo. Este «efecto base» nos permite anticipar (con reservas) que el mes que viene suba el IPC interanual para disminuir en mayo y en junio. Podríamos ver el IPC en junio en el entorno del 2-2,5% incluso inferior a ese 2% (lo que cumpliría con el objetivo del Banco Central Europeo(BCE)).
Dicho esto, quedan por abordar varias problemas serios:
- La subida de precio de los alimentos es muy superior a la del índice general. Esto es particularmente grave dado que afecta a las familias menos pudientes ya que destinan una parte mayor de su renta a la alimentación. Puede llegar, incluso a afectar a la salud al restringir el acceso a una dieta sana.
- En este contexto, las subidas de intereses del BCE sólo suponen un mayor sufrimiento ya que las familias deben dedicar más parte de sus ingresos a pagar sus préstamos (especialmente los hipotecarios).
- Aunque los precios ya no suben, los salarios no han subido al mismo ritmo lo que lleva a una pérdida de poder adquisitivo de los consumidores.
En resumen:
- Urge recuperar la pérdida de poder adquisitivo.
- Deben aplicarme medidas para evitar el impacto de los precios de los alimentos en las familias.
- Finalmente, se debe detener la subida de los tipos y, si los datos avanzan favorablemente, iniciar el descenso.